Chavistas versus opusdeistas
Dos tendencias en la Iglesia Católica venezolana
Por: Emilio J. Corbière Argenpress
Info, Argentina (Fecha publicación:
31/01/2003)
Las crisis política
y social venezolana ha comenzado a polarizar dos tendencias en la Iglesia Católica.
Por un lado la del cardenal Baltazar Porras ligada al grupo franquista Opus Dei
y la Iglesia que se define a favor de la "opción por los pobres".
No se puede hablar de una
división pero si hay una polarización creciente dentro de la Iglesia
Católica de Venezuela a raíz de la toma de posición a favor
de los golpistas de abril y del petrogolpe petrolero en curso, del presidente
de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), enfrentado duramente con el Presidente
Hugo Chávez desde que asumió el gobierno.
La estrategia de la iglesia
conservadora es idéntica a la de la Iglesia argentina en 1955, cuando enfrentó
a Perón y logró derrocarlo aliada a la clase media y rica, los grupos
oligárquicos y militares que agitaban el distintivo del "Cristo Vence".
La participación
de miembros del Opus Dei en el golpe frustrado en abril fue denunciado por el
corresponsal Juan Jesús Aznárez, en la nota "Cómo se
desarmó el golpe más efímero", publicado por el diario
"Página 12", del 18 de abril de 2002, pág. 21 y en la
"Investigación realizada por Izquierda Unida sobre la participación
de España y de EE. UU. en el Estado de Venezuela", por José
Manuel Fernández, Madrid, versión en Internet, del 23 de mayo de
2002. Dice el periodista Aznárez que cuadros del Opus Dei colaboraron en
la redacción de la proclama golpista de abril y, creyendo que habían
triunfado, abrogaron las instituciones republicanas y democráticas, lo
que desató el contragolpe de Chávez que lo restituyó en el
gobierno.
Opus Dei y dictaduras
El Opus Dei se desarrolló
durante el franquismo español, como expresión de una de las dos
corrientes del fascismo español, el llamado "nacional catolicismo"
autocrático. La otra fue la falangista, el fascismo clásico. El
Opus Dei se impuso en 1952 y llegó a tener catorce ministros de los diez
y seis que formaban el plantel de la dictadura franquista.
Pero no solo actuaron,
a través de sus miembros, procedentes de la alta burguesía empresaria,
en la larga noche franquista. En la Argentina avanzaron durante la dictadura militar
del general Juan Carlos Onganía, destruyendo la escuela pública
y la orientación secular. También avanzaron durante la década
menemista que mantuvo una alianza con el Opus Dei para que hicieran lobby a su
favor, en el Vaticano, cuando la Iglesia argentina criticaba los índices
de pobreza y al neoliberalismo económico.
Apoyaron a través
del opusdeísta cardenal Cipriani, amigo y colaborador del dictador del
Perú, Alberto Fugimori; otro tanto hicieron con el arzobispo de San Salvador,
Fernando Sáenz Lacalle, vinculado a los sectores militaristas y ultraderechistas
salvadoreños. Lo mismo colaboró con el dictador de Chile, Augusto
Pinochet, a través del cardenal Jorge Medina, que integra, además,
el grupo ultraconservador Coetum Internationale Patrum. También son del
Opus Dei la organización pinochetista Unión Democrática Independiente
(UDI) y los políticos Jorge Arancibia y el alcalde de Santiago, Joaquín
Lavin. Han llegado al poder en México, con Vicente Fox, y el PAN, organización
actual de los antiguos "cristerios" que se sublevaron contra las reformas
de la Revolución Mexicana. Lo mismo ocurre en otros país como Brasil,
Uruguay y Venezuela.
El petrogolpe venezolano
Monseñor Baltazar
Porras no es del Opus Dei pero actúa junto a ellos porque conoce su poder
en PDVSA, los medios de comunicación y la vinculación con el "monje
negro" de la vieja política, EnriqueTejera París.
Porras presiona a Chávez
para que capitule. Está claro su apoyo a los petrogolpistas. No hay que
olvidar que el capitalismo español está vinculado al petróleo
venezolano. Allí estaba plantado, a través de YPF-Repsol, un magnate
opusdeísta argentino, Gregorio Pérez Companc, hasta hace poco dueño
de la empresa petrolera. Pero hay una reacción de sacerdotes, monjas y
católicos contra el golpismo del alto clero. Muchos miembros de la también
poderosa Compañía de Jesús y sacerdotes del clero diocesano
expresan su apoyo a la legalidad constitucional.
Una de las cabezas de este
movimiento es el sacerdote Jesús Gazo, conocido como el "confesor
de Chávez" y que le dijo a AFP que la jerarquía "no están
siendo consciente con lo que pasa en Venezuela y el proyecto que tiene el Presidente,
que todavía tiene futuro". Gazo que por sus ideas ha sido perseguido
por Porras y el Opus Dei, se manifestó "triste de que la Iglesia oficial
cayera en la trampa de un sector significante pero no mayoría del país
y que se identificara con la derecha, con un grupo económicamente fuerte".
Agregó el sacerdote
Gazo que "algunos miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana se hiciera
eco de las ideas diabólicas que están sembrando los medios de comunicación
contra un proceso que, si bien tiene defectos, tiene un componente importante
de servicio social, el cual debería apoyar la jerarquía eclesiástica".
Chávez contraataca
El presidente Chávez
desde el primer momento enfrentó al cardenal Porras y lo calificó
de "fariseo" y más tarde lo acusó de "llevar un diablo
debajo de las sotanas y que debía exorcisarse". La Constitución
bolivariana, en cuanto a la cuestión eclesiástica, está adscripta
al liberalismo histórico latinoamericano. Apoya la más amplia libertad
de culto y no establece una religión oficial. Eso ha despertado las críticas
de Porras que sangra por la herida, denuncia al chavismo de estar contra la "libertad
de cultos", es decir, de no adoptar el criterio restrictivo católico
romano y, curiosamente, aunque no establece el aborto, el cardenal vio "una
tendencia proabortista en sus deliberaciones" que no se concretó.
El cardenal Porras, desbarrancándose en lo político-económico
considera que el chavismo defiende "una concepción estatista".
¿Estará Porras por la autogestión social y el control de
los trabajadores y el pueblo de la producción? Por el contrario, apoya
la "economía social de mercado" bajo una supuesta defensa de
la "participación de la sociedad" contra el espacio "público".
Ante la delicada situación
que se está planteando en la Iglesia venezolana, el nuncio papal, André
Dupuy, está tratando de llevar la tranquilidad y despegarse de los petrogolpistas.
"En la conflictividad de estos días -dice inteligentemente monseñor
Dupuy- no nos dejemos tentar por unos ni por otros, permanezcamos como constructores
de paz, una exigencia que nos obliga a reconocer y a respetar a todas las personas
-incluidos nuestros adversarios- como diferentes, pero tan personas como nosotros
mismos".
fuente : http://www.argenpress.info/