Comentarios
informales sobre la situación política venezolana
Edgardo Lander
ALAI,
América Latina en Movimiento. Ecuador - Enero 2003
Podrán imaginarse,
la situación de tensión y angustia en la cual estamos viviendo en
Venezuela. La oposición hasta ahora no ha logrado sus principales objetivos.
Se imaginaban que este era un gobierno como el de Rumanía en la fase final
de su "socialismo realmente existente", sin apoyo ni capacidad alguna. Bastaba
con que la "sociedad civil" le quitase el piso para que se derrumbara. Estaban
convencidos que con unos días de saboteo petrolero lograrían salir
de Chávez. La toma de posesión de Lula se había convertido
en una fecha límite, porque sabían con Lula en el gobierno la situación
internacional, y en particular la latinoamericana y en la OEA se les haría
menos favorable. Sin embargo todo le ha resultado más difícil.
Por su lado, el gobierno
está por fin demostrando alguna capacidad para gobernar. A pesar de todo,
ha logrado mantener el flujo de la mayor parte de los alimentos y el transporte
público y la mayor parte de los servicios no se han detenido. Ante todo
ha logrado mantener la calma, la serenidad. No ha decretado ningún estado
de excepción, no ha tomado medida alguna en contra de medios y militares
con actuaciones directamente golpistas. Esto, que para unos es expresión
de debilidad, le ha permitido conservar una parte sustancial de su legitimidad
democrática.
Gracias a que el gobierno
se ha mantenido en forma estricta dentro de la constitucionalidad, las fuerzas
armadas le brindan un apoyo institucional que parece ser muy sólido. Los
militares golpistas no parecen tener respaldo alguno. El apego a la constitucionalidad
ha sido igualmente importante desde el punto de vista internacional. La oposición
no logra entender por qué los medios de comunicación internacionales
y los gobiernos de América y Europa no se dan cuenta de que lo que existe
en Venezuela es una "horrenda dictadura" que viola todos los días los derechos
humanos y atropella diariamente la libertad de prensa. (Genuinamente, mucha gente
está convencida de que esto es así).
La situación de
la industria petrolera se mantiene, y se mantendrá por algún tiempo,
con bajos niveles de producción. La mayor parte de la cúpula técnica
del más alto nivel está totalmente comprometida con la oposición
y decidida a llegar al extremo que sea necesario con tal de salir de Chávez.
Por otra parte, ya quemaron sus naves y saben que si no logran derrotar al gobierno,
viene una profunda reestructuración de Petróleos de Venezuela que
les quitaría una base de poder (y de ingresos y negocios) extraordinaria
potente. Continúa muy limitado el suministro de la gasolina y con muchas
dificultades el suministro de gas en bombona para cocinar, sobre todo en los sectores
populares en los cuales no hay suministro directo por la vía de tuberías.
La recuperación de la industria ha de ser necesariamente muy lenta. Hay
saboteo. Falta personal para el funcionamiento de áreas críticas.
Hay muchos cuellos de botella que afectan al sistema completo. Es muy riesgoso
improvisar porque cualquier accidente resultaría muy contraproducente.
Sin embargo, parece que poco a poco se han dado pasos hacia una progresiva -lenta-
reactivación de la industria. Hay por supuesto una guerra de informaciones
encontradas, de manera que resulta muy difícil evaluar qué es lo
que en realidad ocurre. Lo que resulta visible es que todavía hay una severa
escasez de combustible, a pesar de algunas, leves, mejorías en el suministro.
La pelea central está
hoy concentrada en el control de Petróleo de Venezuela. Esta se había
sido convertida, efectivamente, en un Estado dentro del Estado. El presupuesto
total del Estado venezolano es de alrededor de 20 mil millones de dólares.
El presupuesto de Petróleos de Venezuela es de 53 mil millones de dólares
al año. Como empresa se había venido autonomizando por completo
de los lineamientos de la política petrolera fijada por el Estado. Sus
inversiones estaban hechas con criterios de empresa privada, no con criterios
de empresa pública, y para nada tomaban en cuenta algo llamable el "interés
nacional". Sus costos de producción pasaron de algo así como 17%
en el año 1980, a 63% de sus ingresos totales en el año 2000. El
proceso de internacionalización de la empresa ha resultado en muchos casos
una estafa al país. Se han hecho inversiones millonarias en el exterior
que no producen beneficio alguno para el Estado. Se han comprado refinerías
en el exterior con el fin supuesto de refinar petróleo Venezolano para
garantizar acceso a los mercados, refinerías que después de varios
años no han refinado todavía un solo barril de petróleo venezolano.
Algunas de las refinerías que si refinan petróleo venezolano sobreviven
en la medida en que se les suministra petróleo subsidiado. La gerencia
de la empresa está totalmente hipertrofiada con salarios que corresponden
a remuneraciones en dólares de grades transnacionales, mientras el país
tiene una severa crisis económica. Mientras que el Estado hace esfuerzos
por lograr un aumento significativo de los precios del petróleo mediante
el fortalecimiento de la OPEP, es tal la estructura de costos de la empresa, que
es poco lo que aumenta el ingreso fiscal con el aumento de precios.
El papel de los medios
no creo que tenga paralelo en la historia. Ya tienen un mes en que prácticamente
no hay programación regular. Algunos canales continúan dedicados
a tiempo completo (18 o 24 horas al día) a una campaña sistemática
y muy agresiva en contra del gobierno. Han desaparecido por completo las propagandas
comerciales, sustituidas por propaganda política de la llamada Coordinadora
Democrática (oposición) que en forma reiterada acusa al gobierno
de dictadura y exige la salida de Chávez. Los mensajes de fin de año
de los canales de televisión con mensajes políticos llamado al desconocimiento
del gobierno. Han logrado convencer a una amplia población de sectores
medios y profesionales de que nos encontramos ante un "dictador castro-comunista"
que amenaza la libertad, la propiedad y su modo de vida. La capacidad de movilización
de estos sectores es extraordinaria. No tiene nada que ver, por supuesto con las
cifras de uno, dos o tres millones de personas que anuncian después de
cada manifestación. Se acerca más a 150 mil a 200 mil personas cuando
se mueve mucha gente. Pero es una movilización permanente, que transmitida
día a día por la televisión, convence a mucha gente de que
efectivamente el gobierno está aislado y que "la sociedad" le está
exigiendo a Chávez que renuncie.
Parece haber una gran distancia
entre la capacidad de la oposición y la del gobierno y las fuerzas que
lo apoyan, tanto en la elaboración de política, como en el uso de
los medios. A pesar de todos los esfuerzos del canal de televisión del
Estado, el gobierno generalmente aparece a la defensiva. El comando político
de la oposición (presidente de la Confederación de Trabajadores,
presidente de la Cámara empresarial, y directivo de la organización
de la "meritocracia" petrolera), todos los días da un parte de guerra a
las 6 de la tarde, que transmiten en cadena todos los canales de televisión
comerciales. Dan su versión de los éxitos logrados en ese día,
así como la línea política para el día siguiente (concentración
protesta, etc.).
Hay días en que
parece que no hubiese gobierno. Este no ha logrado una vocería clara con
información precisa, al día, confiable, sobre lo que ocurre, y menos
aún, se ha logrado una dirección política reconocida (más
allá de la figura de Chávez) que de alguna manera formule lineamientos
generales de política que permitan coordinar la multiplicidad de fuerzas
sociales que acompañan al gobierno. El paro, que en realidad siempre fue
un lock-out empresarial parcial es cada vez más débil. Sin embargo
la dependencia de toda la economía venezolana de la gasolina es tan grande
que si no se logra una recuperación sensible de la producción petrolera
en poco tiempo, es probable que comience a producirse una importante escasez de
muchos productos.
Si la oposición
estuviese efectivamente convencida de su mayoría, y si su problema principal
fuese salir de Chávez, podrían haber esperado hasta el Referéndum
Revocatorio previsto constitucionalmente, que es posible convocar a partir de
agosto de este año. Sin embargo parece ser otra su percepción de
su nivel de apoyo y otra su agenda. A pesar de las encuestas que publican una
y otra vez de acuerdo a las cuales el gobierno no tiene más que el apoyo
de un 20% de la población, eso no parece, de ninguna manera, reflejar la
situación que se respira entre los sectores populares mayoritarios del
país. Por otra parte para los sectores empresariales más fuertes
y para la oposición más radicalizada, el problema ha dejado de ser
Chávez el problema es todo el proyecto de cambio, la Constitución
de 1999 y los niveles de organización y conciencia política de las
mayorías populares. El cambio en la conciencia y en los niveles de información
y capacidad de movilización de los sectores populares ha sido francamente
extraordinario. Es un proceso en este sentido inédito en la historia de
Venezuela. Sin cambios significativos en sus condiciones materiales de vida (cambios
si hay en algunas áreas, no se paga en las escuelas, mayor acceso a la
salud, etc), para un muy amplio espectro de los sectores populares este es su
gobierno. Es esto lo ve la derecha como una severa amenaza a su posición
de dueños del país. Por eso de lo que se trata no es sólo
de salir de Chávez, de lo que se trata es derrotar al proyecto y las fuerzas
de cambio, de lo que se trata de es lograr una nueva constitución liberal,
de lo que se trata es de lograr que los sectores popular vuelvan a su papel resignado
de pobres excluidos.
La capacidad y disposición
de organización y movilización ha sido extraordinaria, pero en una
importante medida, ha sido de carácter reactiva.
En estos días,
la oposición parece haberse convencido de que no puede tumbar a Chávez
en dos o tres días (como lo afirmaban una y otra vez hasta hace poco) y
parece que están pensando en términos no de días sino se
semanas. La estrategia combina varias cosas. a) continuación del paro/saboteo
petrolero; b) continuación de la presión de las movilizaciones de
calle; c) una nueva escalada de la "desobediencia cívica, llamado a desconocer
los actos de gobierno, no pagar impuestos, etc. y; 4) el referéndum consultivo.
En la Constitución está prevista la realización de referenda
consultivos y se recogieron las firmas necesarias para ello. El problema es que
para la revocación de mandato hay un instrumento específico, el
Referéndum Revocatorio. El referéndum consultivo que están
organizando -con el apoyo de unas autoridades electorales totalmente parcializadas
a su favor- el carece por completo de carácter vinculante. Aunque no es
fácil que logren realizar dicho referéndum para la fecha prevista
(2 de febrero) la oposición hará todo lo posible o por culpar al
gobierno por su no realización (para demostrar una vez más el carácter
"dictatorial" del gobierno, o lo realizará como una demostración
de su fuerza política (que la tienen y muy significativa) para denunciar
internacionalmente al gobierno venezolano de haber violado la constitución,
cuando en realidad todo el proceso de referéndum consultivo tal como lo
están impulsando, está al margen de la constitución. Amenazan
igualmente con una "gran manifestación final" en la cual desbordarían
el Palacio de Gobierno (Miraflores) y sacarían a Chávez del poder.
Resulta difícil
saber cómo se desenvolverá la crisis. Está claro que el gobierno
tiene mayor capacidad de respuesta que la prevista por la oposición, y
que cuenta con mayor apoyo interno y externo de lo que está se imaginaba.
Cuenta con un apoyo popular muy importante, aunque con menores recursos económicos
y políticos que los que tiene la oposición. En los medios privados
están prácticamente invisibilizados. Está igualmente claro
que para algunos sectores de la oposición no hay costo alguno que sea demasiado
elevado para salir de Chávez. No es necesario ser demasiado paranoico para
darse cuenta de la dimensión de los intereses geopolíticos y petroleros
que están en juego, ni para suponer las fuerzas que apoyan y financian
los intentos de derrocar al gobierno.
Lo que está claro
es que el costo de la suspensión de actividades tanto en el sector privado,
como en la industria petrolera ha sido muy elevado, todavía imposible de
cuantificar. Con toda seguridad muchos empresarios pequeños quebrarán
como consecuencia del paro. Es el caso, por ejemplo, de los comerciantes de muchos
centros comerciales que no pudieron abrir durante todo el mes de diciembre, el
de mayores ventas del año, porque los dueños de los centros comerciales
más grandes los mantuvieron cerrados. El costo para el Estado es inmenso,
tanto en impuestos no cobrados como, principalmente, por los ingresos petroleros
no recibidos. Se trata de muchos millones de dólares diarios. Este año
con toda seguridad va a ser difícil (déficit fiscal, dificultades
para controlar la inflación, disminución de reservas internacionales,
etc.).
Pase lo que pase, el país
ha cambiado. No parece probable, ni siquiera posible que el aprendizaje del pueblo
venezolano pueda ser revertido. Para ello se requerirían una derrota total.,
lo cual sólo sería posible con unos extraordinarios niveles de represión.
Caracas 2 de enero 2003
fuente : http://alainet.org/active/show_text.php3?key=2969