¿Por qué
CNN agrede al gobierno venezolano?
Heinz Dieterich Steffan
Rebelión
- 01/01/2003
Reflexiones sobre la CNN
y la Time-Life en su campaña mediática contra el gobierno de Hugo
Chávez.
La prolongada agresión
mediática de la transnacional estadounidense CNN (Cable News Network, en
español) contra el proceso bolivariano se debe a cuatro factores: 1. Los
intereses y redes económicos, políticos y académicos internacionales
del magnate anti-Chavista venezolano Gustavo Cisneros y de otros miembros de la
oligarquía venezolana, como el expresidente de la petrolera PDVSA, Luis
Giusti, quién en 1998 quiso privatizar a la empresa y funge, hoy día,
como asesor energético del presidente George W. Bush; 2. La venta de CNN
a la transnacional Time Warner, Inc. en 1996, y la fusión subsiguiente
con America Online (AOL), en 2001; 3. La subordinación incondicional de
CNN al proyecto del Nuevo Orden Mundial de George W. Bush, Donald Rumsfeld y Dick
Cheney, después del 11 de septiembre y, 4. El deplorable estado profesional
de sus reporteros, moderadores y comentaristas.
Contrario a la mitología
neoliberal, muchos de los grandes negocios de la economía global no resultan
de una mejor posición competitiva en el mercado, sino de la pertenencia
de la elite corporativa a redes informales de poder y tráfico de influencias.
Es en ese aspecto, más que en el meramente económico, donde el poder
del Grupo Cisneros y su Chief Executive Officer (CEO, jefe ejecutivo) Gustavo
Cisneros, es formidable y le permite incidir sobre la política nacional
e internacional, tal como revelan los siguientes datos sobre su participación
en redes académicas, económicas y políticas de la elite global
dominante.
Cisneros es miembro de los Consejos de Asesores de varias universidades de elite
estadounidenses, entre ellas: de la Universidad de Columbia, en Nueva York y del
Colegio Babson; del David Rockefeller Center for Latin American Studies de la
Universidad de Harvard, en Boston y del Consejo de Administración del Joseph
H. Lauder Institute of Management and International Studies de la prestigiosa
Wharton School of Economics de la Universidad de Pennsylvania, en Philadelphia.
Cisneros pertenece también
al grupo de asesores del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign
Relations) en Nueva York, que es el think tank más importante del establishment
liberal del gran capital estadounidense; así mismo es miembro del Grupo
de Tarea sobre Tecnologías de Información y Comunicación
(ICT Task Force) de las Naciones Unidas, miembro del World Business Council del
Foro Económico Mundial (WEF) y participa en el Consejo Internacional de
Asesores de la influyente Sociedad de las Américas (The Americas Society).
En esa asociación "sin fines de lucro", participan también
David Rockefeller y el empresario mediático chileno Agustín Edwards,
dueño del influyente diario El Mercurio.
Edwards es de particular
interés porque fue una de las piezas claves en la conspiración contra
el gobierno constitucional de Salvador Allende. De hecho jugó el mismo
papel en la destrucción de la Unidad Popular chilena que está jugando
Cisneros en Venezuela. Aprovechando sus buenas relaciones con la embajada de Washington
en Santiago de Chile y con sectores de la elite empresarial estadounidense; recibiendo
más de 1.5 millones de dólares de la Central de Inteligencia de
Estados Unidos (CIA), "el Mercurio y otros medios apoyados por la Agencia
había jugado un importante rol en la configuración del escenario
adecuado para el golpe militar del 11 de septiembre de 1973", reportó
un informe del Senado estadounidense en 1975.
Cuando el embajador estadounidense
Edward Korry le comunicó a Edwards que Allende ganaría las elecciones
nacionales de septiembre de 1970, el empresario se reunió en Estados Unidos
con el presidente de la transnacional Pepsi Cola y amigo personal suyo, Donald
Kendall, para trazar las estrategias necesarias para destruir a Allende. Kendall,
quien -como los representantes del gran capital y mecenas del Partido Republicano
en general- tenía acceso directo al Presidente, concertó para el
15 de septiembre varias reuniones, en las cuales participaron Nixon, Kissinger,
el jefe de la CIA, Richard Helms, Agustín Edwards y Donald Kendall. Esa
misma noche Nixon dio la orden a la CIA de destruir al gobierno constitucional
de la Unidad Popular mediante un golpe militar o mediante cualquier medio que
fuese necesario para lograr tal fin.
En los tres años
que el imperialismo requirió para organizar la sangrienta asonada de los
generales encabezados por Augusto Pinochet, El Mercurio utilizó las mismas
técnicas que se observan hoy en Venezuela. Editoriales en la prensa impresa,
escritos por expertos de la CIA o periodistas a sueldo de la reacción,
repetidos una infinidad de veces por las estaciones de radio y televisión
de la red subversiva; llamados a los militares para poner fin a la "anarquía"
y "dictadura" del gobierno; desinformación y mentiras sistemáticas
para histerizar a la población contra el gobierno y destruir la confianza
en el futuro del país, etcétera. Mientras el pueblo sufría
hambre y el terror de los subversivos, Edwards disfrutaba su larga estancia en
Estados Unidos en una vida de lujo como vicepresidente mundial de Pepsi Cola,
cortesía de su entrañable amigo Kendall.
En lo político,
Gustavo Cisneros ha tenido buenas relaciones con el Presidente Ronald Reagan,
a cuyas fiestas ha sido invitado junto con su esposa Patricia Phelps; con el gobierno
de Bill Clinton de cuyo Secretario de Relaciones Exteriores Cyrus Vance ha sido
interlocutor, así como con la dinastía Rockefeller y la dinastía
Bush, con cuyo expresidente George Bush disfruta la pesca en La Florida y en los
ríos venezolanos.
Aunque su poder económico
posiblemente se sobreestime, dado que en varias empresas es solo copropietario,
no cabe duda que su imperio de 70 compañías en 39 países,
con ingresos anuales superiores a los cuatro mil millones de dólares, tiene
considerable fuerza, sobre todo en el sector de los medios y comunicaciones: Direct
TV Latin America tiene más de 300 canales de video y audio en 28 países;
Univisión es la mayor cadena televisiva de habla hispana en Estados Unidos;
Venevisión es el más importante canal venezolano y Venevisión
International, uno de los más importantes de América.
A través de alianzas
estratégicas con Pepsi Cola y Coca Cola, Cisneros se convirtió en
codueño de una de las más grandes embotelladoras latinoamericanas,
Panamco, con sede en Miami, Panamá y Atlanta, que se vendió en diciembre
del 2002 por 3.6 mil millones de dólares al grupo de los Garza Lagüera
de Monterrey, México, tocándole a Cisneros el 9 por ciento del total.
En 1997 lanzó la Playboy TV Iberia que desde entonces enriquece el desolado
panorama cultural de España y Portugal con atractivas conejitas al estilo
estadounidense.
En 1998, Cisneros forma
una alianza (joint venture) con America Online, Inc. (AOL), de la cual nace la
empresa America Online Latin America (AOLA) que ofrece servicios interactivos
en Brasil, México, Argentina y Puerto Rico, entre otros países.
Es ahí, donde se cruzan las redes informales de Cisneros con CNN, AOL y
Time Warner.
La independencia de CNN,
el primer canal noticiero televisivo de 24 horas, inventado por Ted Turner, se
acaba en octubre de 1996, cuando la Turner Broadcasting System, Inc. se fusiona
en forma subordinada con el conglomerado mediatico Time Warner, Inc., que entre
otros activos controla la revista mundial Time y la revista de negocios, Fortune.
La Time Warner se fusiona, a su vez, el 11 de enero del 2001 con America Online,
que obtiene el control de la mayoría de las acciones. CNN queda supeditada
sucesivamente al management y los accionistas de Time Warner y posteriormente,
a los de AOL, con los cuales, como referimos anteriormente, Cisneros había
entrado en una joint venture estratégica, que le proporcionaba los contactos
y relaciones con los ejecutivos superiores de la gigantesca transnacional y de
sus homólogos europeos y asiáticos, como cuando en 1999 se reunió
con el presidente de la transnacional alemana Bertelsman, el vicepresidente de
la japonesa Fujitsu y el presidente de Time Warner, Gerald Levine, en la capital
francesa.
Al mismo tiempo, CNN se
queda reducida al status de una compañía o división más
dentro de la estructura corporativa transnacional de AOL-Time Warner, Inc., lo
que significa que su tasa de ganancia no debe quedar por debajo de la de las demás
divisiones, si no quiere correr el riesgo de ser transformada o liquidada. Esa
presión del "mercado" -de hecho, de los coeficientes comparativos
de costo/beneficio- acelera el ocaso de CNN como medio informativo de calidad,
tendencia que recibe su golpe de gracia político con la declaración
de la "guerra internacional contra el terrorismo" de George W. Bush,
que produce el sometimiento abierto de la cadena a la razón del Estado
imperial.
Ese doble impacto económico-político
repercute en forma dramática en la falta de profesionalismo del equipo
de reporteros, moderadores y "analistas" de CNN en español. Carentes
de preparación científica, sin noción metodológica
del concepto estadístico representatividad -que es el eje de todo quehacer
periodístico serio- quedan a la merced del sentido común y de los
prejuicios e intereses clasemedianeros propios y ajenos, cuando hablan del complejo
problema venezolano. Sólo Jorge Gestoso y Patricia Janiot conservan algo
de calidad profesional en lo referente a Venezuela.
Las continuas agresiones
de CNN y de los medios españoles durante los tres años de gobierno
de Hugo Chávez, son las avanzadas propagandísticas de la guerra
de apropiación económica por los restos del botín latinoamericano,
que los amigos neoliberales del imperialismo estadounidense y del subimperialismo
español no han podido enajenar todavía. La perla de este botín
son las reservas petroleras de Venezuela, equivalentes a las de Arabia Saudita,
y la empresa PDVSA, que tiene alrededor de 15.000 gasolineras y ocho refinerías
en Estados Unidos, además de nueve refinerías en Europa; y otro
tanto en Venezuela y el Caribe.
"Percepción
mata realidad", dicen los operadores de la mercadotecnia burguesa y esa es
la receta que los intelectuales colectivos del capital transnacional, los medios,
utilizan en la destrucción del proyecto popular venezolano. Hace treinta
años reprodujeron como cajas de resonancia las mentiras de los golpistas
chileno-estadounidenses contra el gobierno constitucional de Salvador Allende.
En los años ochenta repitieron la operación contra el gobierno constitucional
sandinista en Nicaragua y en los noventa le tocó el turno al gobierno constitucional
de Hugo Chávez.
Nada nuevo bajo el sol...de
la mentira imperial.
fuente : http://www.rebelion.org/