Sexta semana de paro
En Venezuela ni el gobierno se debilita ni cede la oposición
Arturo Cano. La
Jornada - México. 6 de enero de 2003
- Miles marchan en Caracas
en los funerales de los dos chavistas caídos el pasado viernes
Atorada, la situación
venezolana en la sexta semana de paro general
- Enfrenta el gobierno desempleo superior a 20%, inflación
de 31% y devaluación de 80%
- Trabajadores bancarios amenazan con ir al paro total de labores como medida
extrema
Caracas, 5 de enero.
En la víspera del inicio de la sexta semana de paro contra el presidente
Hugo Chávez, cuando los bandos en disputa apuestan a la continuidad del
paro o la reanudación de actividades, miles de partidarios del presidente
convierten el funeral de dos jóvenes, muertos por disparos el viernes 3,
en un acto político.
Al mediodía, los
féretros con los restos de Oscar Gómez, de 24 años, y Jairo
Morán, de 33, son llevados en hombros de la funeraria Vallés al
hotel Gran Meliá Caracas, sede de la mesa de diálogo entre gobierno
y oposición y lugar donde se hospeda el mediador César Gaviria,
secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Los miles de chavistas
que acompañan el cortejo son encabezados por el vicepresidente de la República,
José Vicente Rangel, varios ministros y diputados oficialistas de la Asamblea
Nacional.
Entre los miles marcha
el canciller venezolano Roy Chaderton: el mensaje para la OEA es que este es un
gobierno democrático amenazado. Lo que hay aquí es una redición,
con las mismas caras y nombres, del golpe del 11 de abril. Sólo que esta
vez les ha tomado más tiempo, ha incluido el sabotaje a la industria petrolera
y el gobierno no cae.
Cierto, pero la paralización
de labores tampoco parece debilitarse.
El escenario de la
crisis
Este lunes será
un día clave de la batalla que libran el gobierno venezolano y la multicolorida
oposición. El gobierno apuesta que diversos sectores comenzarán
a abandonar el paro. Las señales desde el flanco opositor no indican que
eso sucederá. Los sindicatos de la educación, que agrupan a 250
mil trabajadores, han anunciado que sostendrán la suspensión de
labores y se han comprometido con los padres de familia a recuperar los días
de clase perdidos. Los trabajadores de los bancos amenazan con irse al paro total
como medida de presión extrema. Desde el 2 de diciembre de 2002 los bancos
e instituciones financieras sólo trabajan tres horas al día. El
resto de los sectores ha anunciado que se mantienen firmes, al tiempo que grupos
de opositores intensifican los cacerolazos contra los negocios que han decidido
abrir.
El gobierno, por su lado,
dedica buena parte de sus esfuerzos a "normalizar" las operaciones de Petróleos
de Venezuela (PDVSA) y sigue con los despidos de ejecutivos y mandos medios paristas
(el viernes anunció 251 nuevos despidos, en tanto sigue pagando los salarios
de los trabajadores de menores ingresos, aunque estén en paro).
El llamado de la opositora
Coordinadora Democrática a la "desobediencia fiscal" se ha traducido en
trifulcas en los supermercados, pues muchos de los clientes rechazan pagar el
IVA. En tanto, aumenta la especulación de los comerciantes con los productos
escasos y los básicos registran incrementos de precios hasta de 40 por
ciento.
Las verdaderas dificultades
para el gobierno de Hugo Chávez, advierten especialistas, comenzarán
en estos días, cuando se reducirán los recursos de las exportaciones
petroleras.
El Consejo Nacional de
Economía calcula que cada mes la tesorería nacional de Venezuela
dejará de recibir recursos equivalentes a 1.3 por ciento del PIB. El gobierno,
advierten, tendrá problemas incluso para pagar a los trabajadores del Estado.
Venezuela llega a los
peores días de su crisis política con una devaluación del
bolívar de 80 por ciento, acumulada desde febrero de 2002, una inflación
de 31 por ciento durante 2002 y una tasa de desempleo superior a 20 por ciento.
La mano dura
y los comandos populares
Elvira Becerra, camina
a unos pasos del ataúd que contiene los restos de su hermano Jairo Morán,
mientras es llevado en andas a la sede del diálogo entre gobierno y oposición:
"Esa mesa es una parodia", dice. "En dos meses no nos han dado ni una esperanza".
A su lado, varias personas
cargan una manta roja que exige al presidente Chávez aplicar la mano dura.
Chavista convencida, Elvira dice que no: "Lo que necesitamos es diálogo.
Ya se dijo que va a haber elecciones. Y a Chávez lo elegimos no una, sino
tres veces, ¡la oposición tiene que dejarlo terminar!"
Los llamados a la mano
dura van de un lado a otro en el cortejo por las calles de esta ciudad.
"Si algunos sectores de
la oposición no causaran muertes, nadie tendría que pedir mano dura",
justifica el canciller Chaderton.
Cerca de ahí camina
Ramiro Gómez, que acompaña los restos de su hijo Oscar, a quien
vio morir el viernes. Ramiro y su hijo ahora muerto lanzaron piedras contra los
opositores: "No fue bueno, fue poco inteligente, pero uno se enardece".
A su lado, los manifestantes
gritan: "¡Ojo por ojo, diente por diente!", "¡Venganza, venganza popular!"
"No lo comparto, no. Yo
considero más culpables a los líderes de la oposición que
al mismo que disparó", dice Ramiro.
-¿Qué le
pide entonces al presidente Chávez, Ramiro?
-Si no hay mano dura va
a ser muy difícil que el gobierno pueda controlar incluso a sus propios
seguidores, a los que buscan hacerse justicia por propia mano. Pero mano dura
no es represión, es aplicar la justicia, castigar a los culpables.
No hay lugar para el optimismo.
La inestabilidad política en Venezuela ha engrosado una larga lista de
muertos desde abril de 2002. El aparato de justicia tiene apenas unos cuantos
presos. Y los dos bandos de la disputa acusan a los fiscales y jueces de ineficacia.
"Si no actúan los
poderes públicos, corremos el riesgo de que los movimientos populares comiencen
a formar comandos populares de acción", dice Marelis Pérez Marcano,
diputada del Movimiento Quinta República.
Este día, la televisión
estatal muestra imágenes -luego retomadas por las televisoras privadas-
de un hombre que dispara y luego se refugia en la funeraria Vallés.
Por ello, el cortejo es
vigilado por efectivos de la Guardia Nacional y de la policía de Caracas,
en previsión de nuevos actos de violencia, como el ocurrido la noche del
sábado, cuando presuntamente efectivos de la Policía Metropolitana
-controlada por opositores de Chávez- disparó contra los chavistas
concentrados a las afueras de la funeraria. O cuando, según la versión
del alcalde mayor de Caracas, Alfredo Peña, y de las televisoras privadas,
los comandos de los "círculos de la violencia" dispararon armas de fuego
y lanzaron cohetones contra un módulo policiaco. Un policía resultó
herido.
Nadie sabe si habrá
una investigación a fondo ni si, de haberla, los bandos en conflicto aceptarían
los resultados.
En los próximos
días, apenas se instale la nueva directiva de la Asamblea Nacional, el
oficialismo conservará la presidencia con una frágil mayoría,
los legisladores oficialistas introducirán una iniciativa de ley de ética
para el poder judicial.
¿Demasiado tarde?
"Aspiramos a una salida que no llegue al conflicto armado", dice la diputada Pérez
Marcano, en los días que los tiros han sonado por todas partes.
En un mensaje a la nación
esta noche, Chávez acusó al alcalde Peña y a la Policía
Metropolitana de ser responsables de las muertes del viernes. Esta tarde, el ejército
venezolano tomó el control de al menos una de las instalaciones de ese
cuerpo policiaco.
"Los medios son culpables"
Gran productor petrolero,
Venezuela es también un gigante en el consumo de cosméticos. Por
eso no asombra, al llegar al hotel Meliá, a la una y media de la tarde,
que decenas de mujeres saquen de sus bolsos pequeños espejos y los apunten
contra las cámaras de las televisoras privadas dispuestas en el techo de
un edificio. Con los reflejos, pretenden echarles a perder las imágenes.
Pero no sólo lanzan
reflejos, también se desgañitan en su desprecio al manejo informativo
de los medios venezolanos (sólo respetan al oficial Canal 8): "¡Asesinos,
asesinos, asesinos!"; "¡El pueblo lo sabe, los medios son culpables!"
Millares cantan el himno
venezolano, mientras decenas arrojan pétalos de flores sobre los ataúdes
y se gritan vivas a Chávez. Pero las consignas que se imponen son contra
los medios.
"La violencia es diaria,
es económica, es mediática, tienen a la clase media alta aterrorizada
por los mismos fantasmas que ellos y los medios han creado", resume el canciller
Chaderton.
¿La salida? Que
la oposición tenga paciencia, dice. "Faltan ocho meses para que (según
la Constitución) se pueda realizar un referéndum revocatorio".
¿Será posible?
Chaderton parece no creerlo cuando dice que "la desgracia" es que "la oposición
democrática no logra desvincularse de la oposición golpista". Para
la oposición es un asunto de sobrevivencia. Para los chavistas también.
A estas alturas, el llamado
de Ramiro Gómez, quien hoy entierra a su hijo, pareciera destinado a caer
en el vacío: "Le pido al gobierno y a la oposición que mi hijo sea
el último muerto, que por favor agoten todos los recursos del diálogo,
que no haya más víctimas de ningún lado".
Lo dice también
Elvira, quien acaba de perder a su hermano, en estos días de tensión
al máximo para los venezolanos: "¿Cuántos muertos hacen falta
para que esto acabe?"
fuente : http://www.jornada.unam.mx/